El pasado sábado, 4 de Agosto de 2012 en la mañana, en el
auditorio de la Unión Empleados de Comercio, nos visitaron dos intendentes en
pleno acto de militancia. Militancia que debería ser imitada por el resto de
nuestros mandatarios.
Podría
hacer de este escrito una nota más sobre lo necesaria que es la defensa del
agua, y lo haré. Pero debo y quiero también dar otra lectura a lo acontecido.
Hablábamos
de dos intendentes
Uno,
justicialista k, el otro, demócrata; uno riojano, el otro mendocino, uno de
Famatina, el otro de San Carlos. Ambos unidos por una causa que es de nuestro
interés: la conservación de nuestro entorno, sistemas de producción e
industrias; resumiendo… de nuestra vida y de la de quienes vendrán.
Hablaron
de saqueo, de injusticia, de aprietes, de prebendas, de asistencialismo, de
clientelismos, de chantaje, de intereses cipayos. Hablaron de agua, de su
defensa, de los riesgos de no cuidarla.
Ismael
Bordagaray es un tipo simple, de discurso llano, se define como kirchenista
aunque hoy su convicción lo enfrente a su propio partido en la Nación y en su
provincia; aunque ese mismo partido que lo llevó a su mandato, y al que hoy
hace frente, lo combata de todas las formas, chicaneándole fondos
presupuestarios debidos por la Nación y su provincia y ninguneándolo en muchos
casos políticamente en sus funciones como intendente y representante de sus
electores. Es que la verdad trae consecuencias.
Bordagaray
habla de defensa del agua, de lo nociva que es la mega minería metalífera, pero
sobre todo habla de la determinación de los pueblos, habla de la obligación de
los funcionarios a oír y hacer oír esa voz y actúa en consecuencia. Habla de
respetar el deseo mayoritario de una localidad de no destruir el Famatina
porque entienden que ningún oro reparará el daño que su explotación causará. Al
frente y al lado de su pueblo milita y promueve esa voz, ese deseo de un futuro
pleno y en armonía con nuestro ambiente.
Decía
que fueron dos intendentes quienes nos visitaron en nuestro Departamento
invitados por la Asamblea por el Agua de San Rafael, La Voz de la Tierra,
Nativa ONG y Conciencia Solidaria. El otro era Jorge Difonso; sancarlino de
origen, milita desde el inicio de su vida política la defensa del agua y de
nuestra forma de vida en contra de la mega minería contaminante. Co autor de la
Ley 7722, que prohíbe el uso de contaminantes, ácidos y cianuro en la
explotación minera; ley que hoy es el dolor de cabeza de los cipayos entreguistas
del gobierno nacional y provincial, ya que ven frenadas las promesas hechas a
las multinacionales de un negocio redondo y sin trabas. Ley que hoy es
cuestionada como inconstitucional por las mineras y el aparato político
nacional y de muchas provincias dirigidas por corruptos y entreguistas que sólo
hacen negocio por espurios intereses propios. La Ley 7722 necesita hoy ser
defendida por aquellos que la propugnaron, por aquellos a quienes protege: el
pueblo. Gente como Bordagaray y como Difonso, son los que renuevan la idea de
que aún una democracia es posible, hacen su trabajo y respetan el mandanto
popular.
Dicen
que en japonés, crisis es sinónimo de oportunidad, quizás a los argentinos nos
hace falta tocar fondo para poder patear y salir a flote. Quizás debamos mirar
en esta nueva política, que surge de la disidencia constructiva, y con metas
claras y loables como la defensa de las cosas que realmente importan, ya sea
desde la oposición o desde el seno del mismo oficialismo.
Porqué
lo que realmente importa es lo importante. Y nuestro patrimonio cultural y
sustentable está ligado a eso. Defendamos el agua, madre de todas nuestras
riquezas.
* por
José Luis Bonomi
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